Nos recibió la lluvia al llegar pero no cayó ni una gota durante el partido.
El último partido de liga también acabó con victoria. Esta vez a domicilio contra el Safa S. Luís, que a diferencia de estas últimas jornadas, alineó a sus mejores jugadores.
No fue un partido bonito aunque sí vibrante. Los dos equipos intentaban hacerse con el dominio del encuentro pero ninguno fue capaz de ello. Mucho juego en el centro del campo y pocas llegadas a las áreas.
Sí alguno llegó en la primera parte fue el equipo portuense, que en los primeros 35 minutos estrelló dos balones al larguero y uno al poste. Incluso con esto tampoco era que sufriéramos ningún agobio. De hecho fueron lanzamientos lejanos y ninguno de nuestros porteros tuvo que recoger la pelota dentro de la portería. Nosotros avisamos también con un lanzamiento lejano que el portero safista no atajó y acabó en córner muy cerca del palo izquierdo. Pero al llegar a la mitad aún no se había conseguido ningún tanto.
Ya por entonces sabíamos que no podríamos contar con uno de nuestros jugadores que cojeaba ostensiblemente aunque él aseguraba que no le dolía y que quería jugar. Por dos veces lo intentó aunque el míster, con buen criterio, lo sacó del campo pese a su protestas.
La segunda parte empezó con algo más de dominio por nuestra parte y el Safa contraatacando con peligro. En uno de esos contraataques tuvimos de nuestra parte a la diosa fortuna ya que por dos veces sacamos sobre la línea dos remates a bocajarro de sus delanteros acabando nuestro "héroe" tumbado sobre el césped agotado por el esfuerzo realizado. Enorme susto pero afortunadamente sin consecuencias.
Córner a favor nuestro que cabeceamos a la red lo que supone el 0 a 1. En los últimos partidos hemos mejorado mucho en las jugadas a balón parado, sobre todo en los saques de esquina.
Tras el gol se cambian las tornas y son ellos los que pasan a dominar y los nuestros a contragolpear. Y nosotros sí que fuimos capaces de marcar en uno de ellos. Nuestro delantero baja al centro del campo y pasa al hueco un pase en profundidad para uno de los mediocentros (en ese momento jugábamos un 3-2-1) que tras ganar en carrera al defensa contrario se lanza al suelo para tocar la pelota para que esta supere al portero en su salida y acabe entrando junto al poste izquierdo botando lentamente y con todos nosotros empujando para que acabara en gol.
Nos poníamos con dos goles de ventaja cuando sólo quedaban 15 minutos para el pitido final. Claro que sí algo ha demostrado este equipo es que ... no se puede estar tranquilos y que es muy fácil remontarnos. Y esta vez sucede igual, nos empatan cuando quedan pocos minutos para el final.
El empate no nos vale de nada por lo que el míster decide recurrir a una nueva variante táctica y nos colocamos en un 2-1-3 arriesgado (o suicida, según el gusto). Era ganar o perder, una moneda al aire que esta vez sale cara.
Debido a los parones en el juego -un jugador del Safa tuvo que salir retirado del campo por una lesión- el árbitro decide prolongar 3 minutos y justo cuando se ha consumido la mitad de dicho tiempo en una jugada aparentemente anodina llega el gol del triunfo teniendo como protagonistas a los mismos jugadores que intervinieron en el segundo. Saque de banda que el único jugador del centro del campo que nos queda controla con el pecho y abre en banda, cerca del córner control de uno de los delanteros que la mete al interior del área donde el mismo jugador que inició la jugada coloca en el segundo palo lejos de la estirada del guardameta. Los niños acaban en una piña que se derrumba sobre el campo.
Es hora de guardar la ropa y vuelta otra vez al 3-2-1 con el que se llega al final del choque con victoria. El trabajo estaba hecho, ahora sólo queda conocer los resultados para saber que puesto ocupamos al final.
