Con un rotundo 6 a 1 fuímos derrotados el pasado sábado en Taraguilla. Un marcador demasiado abultado para los méritos de uno y otro equipo. Si es verdad que se podía haber perdido, el equipo campogibraltareño hizo un muy buen partido y aprovechó casi todas las oportunidades de que dispuso. Nosotros no. Nos falta pegada pero sobre todo contundencia defensiva. Al menos dos de los goles que recibimos fueron fallos nuestros, pases erróneos siendo el último defensor y despejes a los pies del atacante que sólo tiene que marcar a placer.
Sin embargo se observó mejoría en el juego de ataque. A pesar de sólo conseguir un gol nos acercamos más al área rival que otros partidos en los que incluso salimos ganadores.
Decíamos antes que el Taraguilla hizo un buen partido pero incluso así no se veía en el juego de uno y otro un dominador claro. Tuvo que ser la nefasta (incluír aquí cualquier sinónimo que se os ocurra) actuación del árbitro la que decidiera el resultado. Y que conste que no es una excusa.
En el minuto 4 convirtió una falta del delantero en penalti de nuestro defensa. El tercer gol fue un clarísimo fuera de juego con un jugador nuestro, fuera del terreno de juego, dolíendose de un balonazo en el estómago que lo dejó sin respiración.
Expulsó al míster, según puso posteriormente en el acta, por meterse en el campo. Lo que no puso es que los dos entrenadores estaban a su lado en el momento de enseñar las dos tarjetas amarillas. Desde luego en el Oeste este hombre hubiese sido un temible pistolero. Expulsó, momentáneamente, a un jugador nuestro por decirle "si no había escuchado la patada" que le habían dado. A otro también lo mandó fuera por hacer una falta cuando el equipo de Taraguilla se llevó todo el partido cortando nuestro juego de ataque con continuas faltas y agarrones de la camiseta. Por supuesto ninguno de ellos fue amonestado por ello. Convirtió un penalti a favor en un libre indirecto del que ninguno de los presentes, incluído aquí el entrenador del equipo contrario, llegara a entender tal decisión. Baste decir que al finalizar el partido, tanto el entrenador como el presidente del Taraguilla reconocieron la desastrosa actuación del colegiado.
En fin, sabemos que en muchos campos los arbitrajes benefician mucho al equipo local pero nunca nos hemos encontrado con una actuación tan determinante. Muchos podrán pensar que se trata sólo de buscar una excusa para la derrota pero en este caso no es así. El partido podría haberlo ganado cualquiera de los dos equipos si el árbitro no se hubiera convertido en triste protagonista del mismo. Se puede decir que el juez se convirtió en verdugo.
La verda que en esta liga si se han visto actuaciones muy malas por parte de los abritos sin duda la peor cuando el San roque visito la Salle, nunca he visto algo igual incluso cuando termina el partido me comentan que el mister dela salle le congratulo diciendole que 'pedaso de abrito', como se le trato en Taraguilla es como se le trato al San roque en el campo de la salle.
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