Y por supuesto siempre y cuando hayan acabado las tareas del colegio.
A ser posible incluso, no hasta después de haber jugado el partido del fin de semana.
Porque por mucho que los niños se vean como unos superhéroes cuando están a los mandos del juego, incluso de aquellos que no están recomendados para menores de 18 años como los Call of Duty u otros similares.
En realidad lo que vemos todos los demás es esto.
Y es que, por desgracia, la evolución humana ha sufrido una involución por culpa del mal uso de las vídeoconsolas.
En algunas casas se han convertido en sustitutos de hermanos, amigos, e incluso padres/madres.
Hay tiempo para todo, pero hay que saber dosificarlo.
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